Todo el mundo habla de sus bondades, pero pueden contener bacterias altamente peligrosas TK Home Solutions ofrece consejos para no correr riesgos
Los productos vegetales son muy saludables; aportan vitaminas, minerales, oligoelementos, fibra, agua y ayudan a mantener el peso correcto, puesto que tienen muy pocas calorías.
Lo primero es no caer nunca en la tentación de comprar a un vendedor callejero que exhibe una apetecible fruta o verdura: no sabemos su procedencia, el agua de riego que ha tenido, el suelo en el que ha crecido... Hay que comprar solo en comercios o mercadillos controlados que vendan productos con la trazabilidad reglamentaria . Y además:
Descartar tiendas en las que la temperatura ambiente sea muy elevada o donde frutas y verduras estén expuestas al sol.
Elegir piezas sin magulladuras ni daños visibles, con el brillo, el color y el aspecto propios de cada variedad.
Si se compran verduras o frutas cortadas o embolsadas, vigilar que estén en frigoríficos y respetar las indicaciones de conservación.
Las medias sandías o medios melones deben estar recién cortados, con la carne firme, cubiertos con papel transparente y preferiblemente refrigerados.
En el carrito o en las bolsas de la compra, separar las frutas y verduras de otros alimentos como pollo, carne, marisco o pescado y de los productos de limpieza.
Hay que tener en cuenta que los vegetales contaminados por bacterias patógenas pueden hacer que quien los consume enferme gravemente y que el peligro no se ve: estas bacterias no son como las de la descomposición, que causan mal olor o sabor. Los expertos de TK Home Solutions recuerdan las medidas de seguridad para evitar riesgos al ingerir estos productos imprescindibles en la dieta:
1. Lavarse las manos antes y después